lunes, 2 de julio de 2012

Los hombres no lloran

Se desprende una verdad:
"el peso del mundo pesa".
Se deshace una mentira:
"la guerra nunca termina".

Mientras te apalean
de arriba a abajo,
de derecha a izquierda.
Por delante y por detrás.

Mientras lo negativo invade de forma eufórica
las barreras de la cárcel.
Enrejadas si las hay,
casas que antes solían ser amigables...

Hoy pasan al plano del terror,
escondiéndose detrás de una cortina de acero.
El fuego humea por la chimenea,
la espesa niebla recorre las calles vacías.

¡Pero claro! Lo hombres no lloran.
No saben lo que es una carilina.

Mientras la sirena suena a lo lejos,
la pava chilla sobre el fuego.
El noticiero que repite una y otra vez
la misma noticia.

Mientras las zapatillas se desgastan de tanto suelo
y la panza vibra buscando algo que comer.
Mientras los sujetos superan las 40 lucas
y los ciudadanos cruzan los brazos...

Ya están cansados de pelear.
Lo vienen haciendo hace siglos.

¡Pero claro! Los hombres no lloran.
No saben lo que es una carilina.


La cultura quedó absorbida.
Te acusan por hacer lo bueno,
por la corriente de este río turbulento,
que te sacude a lo rápido y concreto.


¿Qué hubiera pasado si...?
¿Dónde estaría si...?
¿Quién sería si...?
¿Qué hubiera sido si...?


¡Basta de pensamiento, de razonamiento y procesamiento!
Acá queremos las cosas fáciles, sin el mínimo de esfuerzo.

Mientras la tetera se sirve sola el té,
porque no tiene con quién compartirlo.
Mientras el afilador de cuchillo, que rara vez pasa tarde,
silba con su mejor aire el encanto de su oficio.


¡Pero claro! Los hombres no lloran.
No saben lo que es una carilina.

Así que ahora intento
cubrir todo con risas.
Maquillar las ojeras,
que con fidelidad acamparon bajo mis ojos.

Sentarme a pensar acerca del futuro
Plantear a grandes rasgos qué nos deparará.
Pasando la bisagra que en algún punto significó.
Paso, descubrimiento, libertad.


¡Pero claro! Los hombres no lloran.
En el mp3 hoy suena esa canción
que valida la idea de cortina,
la sensación de virtualidad paralela.

¡Pero claro! Los hombres no lloran.
No saben lo que es una carilina.
(¿Para eso estarán las mujeres?)







"Por más que intentes cubrir la cicatriz con maquillaje,
las lágrimas lo corren y dejan ver lo que hay debajo"













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