Dedicado a Juan Ramón.
Un tipo como vos, un tipo como yo.
Para arrancar con todo un mes
que desborda de perdón.
que vaga solo entre sus ruinas.
Transita sin ninguna presión.
Le falta pasión a su motor.
Se cree muy listo,
pues piensa distinto.
Murmura contra su vida,
pues cree que ha sido desfavorecido.
De día no intenta probar comida.
No hay alimento que llene su vida.
De noche, las lágrimas son su compañía.
Mientras las seca con enojo e ironía.
Vacío. Incompleto. Destruido.
Así es Jan Ramón.
Un tipo común,
que nada ni nadie le hará entrar en razón.
Le importa un bledo su triste condición.
No le interesa tomar las riendas de su situación.
¡Si te viera tu madre Juan Ramón!
¡Y tu padre! Gran infarto sufriría.
Comentan las "chusmas" del barrio.
Vecinas que se encargan de dar dolor a la herida.
Y ahí va el tipo.
Solo, solito.
Juán Ramón, ¿por qué te haz perdido?
¿No te cansas de ir hacia el mismo sentido?
A veces duda,
otras se disgusta.
A veces no abre la boca,
solo piensa en la derrota.
La mayoría del tiempo prefiere perderse
que reconocer que está muriendo.
Triste, solitario.
Enfermo y desahuciado.
Su ego es demasiado extraño.
Cada kilómetro que recorre,
se siente más separado.
De sí mismo y de su familia.
Juan Ramón no puede borrar
su verdadera identidad.
No puede ocultar una gran verdad,
hay un padre del otro lado que lo está llamando.
"Vuelve a casa hijo.
Te estoy esperando.
Olvida el pasado,
yo estoy a tus brazos".
Sus manos transpiran,
cada vez que reconoce su agonía.
El aire se entrecorta en su garganta,
ya no le importa la plata.
Que ha perdido.
Que ha sido su condición infrahumana.
Que por un tiempo le dió alegrías,
pero arrebató los proyectos que él tenía.
Juan Ramón ¿Dime qué piensas hoy?
¿No es momento de tomar las valijas
y emprender el viaje a casa?
¿Devolverle el sentido a tu vida?
Y en eso, el sonido del tren a lo lejos,
no deja ni un simple momento
para que Juan Ramón
razone todo lo que viene sintiendo.
El tren viene silbando
el guarda está llamando.
Sus manos transpiran,
su voz se debilita.
Juan Ramón...
¿Será que hoy es tu día?
¿Será que al fín
tu condena se termina?
Juan Ramón era un tipo común,
que vagaba solo entre sus ruinas.
Transitaba sin ninguna presión.
Le faltaba pasión a su motor.
¿Será que al fín
tu condena se termina?
Juan Ramón era un tipo común,
que vagaba solo entre sus ruinas.
Transitaba sin ninguna presión.
Le faltaba pasión a su motor.
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