jueves, 26 de julio de 2012

50 Monedas de estaño

Fui vendida por
50 monedas de estaño.
El plan era no conocer la luz.
El plan era no conocer tus atrios.

Corrí entre tinieblas.
Mi vida tal vez desfalleció.
El precio de mi cabeza
fue demasiado barato.

Pero también caro.
50 monedas de estaño.

El dolor en las entrañas.
Las manos sobre el rostro.
Las lágrimas no cesan.
La mente divagando.

Soñando. Viajando.
Buscando la habitación de mi amado.

¿Su costo?
50 monedas de estaño.

Tiene derecho a hablar:
aquel que conoció el pozo.
Aquel que defraudó al amor.
Aquel que fracasó, pero avanzó.

Por 50 monedas de estaño.
Precio muy barato de pagar.

El grafito se gasta,
las hojas se acaban.
Cuesta tomar del aire ideas.
Ideas que antes fluían sin cesar.

¿Por qué? ¿Qué pasó?

Tal vez alguien pagó,
mis 50 monedas de estaño.

Una mano en el bolsillo,
la otra agitando el cielo.
Mirando a la tierra,
aún puedo decir: "Me cuesta".

50 Monedas de estaño
fue el precio de mi cabeza.
Vendida como esclavo,
prohibida  de la luz.

Viviendo un calvario.

Allí se alzó una cruz,
su sangre vertió.
El precio pagó
mis 50 monedas de estaño.

"Dar al César, lo que es del César"
Poesía nº50, como el precio por mi cabeza.


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