Habiendo conocido el cielo,
¿por qué querría descender al infierno?
Si he sentido el olor de tus cabellos
y me he deleitado en tus palabras.
Si he corrido detrás de tus vestidos
como un niño buscando abrazar a su padre.
Si he amado esos brazos,
que con ternura eterna me han sostenido.
Golpeo, abres la puerta.
Me invitas a pasar.
Señalas un asiento, lo reclinas.
"Te he estado esperando"-acotas.
Observo rostros desconocidos,
culturalmente conocidos.
Ya no me conformo con el suelo,
Me has invitado a cenar contigo.
Se escucha una voz como melodía,
palabras dulces al paladar seco.
Sonidos cautivantes rodean el ambiente
Cómo lo has planeado?
No lo sé. Aún no lo sé.
Me sonríes, te alegras.
"Haz vuelto a casa"
Yo seré tu guía.
Te prometo. Me prometes.
Y mi corazón estalla en una sinfonía de canciones.
Jamás cantadas. Jamás escuchadas.
He vuelto a la casa del padre.
No tiene comparación.
Vuelvo a pensarlo...
No tiene comparación.
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