Cantantes. Sonrientes de la vida.
Los miran al pasar
y los subestiman.
¿Por reírse?
¿Por ser felices?
Aún no lo sé.
Ahí van los que construyen puentes.
Cruzan caminos y océanos
y no les importa lo que queda atrás.
Son los que suben a la barca y reman.
(Te aseguro que reman).
Y emprenden un viaje sobre el mar
sin saber cuál es el destino final.
Son "de los que van del otro lado",
usando el traje al revés.
¿Que se lo ponga,
al que le quepa el sayo?
Hablan en otro idioma,
el de los sueños (y derrotas).
De las experiencias vividas
pero también partidas.
Porque no cargan los laureles
"que pudimos conseguir".
Sino que del otro lado
reparten el pan entre varios.
Para el que llegó recién
y el que se acercó hace rato.
Para el que entró a laburar hace una hora
y aquél que no ha tomado un descanso.
De los que VEN del otro lado,
de los que VAN del otro lado.
Los que siguen remando, aunque los vientos son contrarios
y cuando llegan a la otra orilla
te ayudan a desembarcar.
Y es tan lindo desembarcar.
Es tan lindo poder cruzar.
Y ver quién sos. Quién fuiste y
cómo serás conocido.
Si te veo, cruzaré.
Cueste lo que cueste, allí estaré.
Haciendo de tu mano,
lo que me ha tocado tener que hacer.
(Reconozco a los que van del otro lado)
Dedicado a los Revolucionarios (en Mayúscula).
Fuimos hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo.
Te lo aseguro.
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