El pensamiento se estrelló
contra la barrera del silencio.
¡Ay de aquellos!
Demasiado sensibles para conocer los hechos.
Demasiado acorazados para poder entenderlo.
Y los millares de guerreros incansables,
parece que hoy se cansaron.
Parece que hoy decidieron
marchar a casa cabizbajos.
Sin arco ni flecha.
Sin pena ni gloria.
No hay nubes en el cielo,
mientras la cocina tiembla.
Los pisos se movilizan,
las cortinas se desgarran.
Necesario saltar a la vez,
pie con pie.
Tomando el aire con calma.
Tal vez no quede mucho.
Tal vez sea esto lo que nos falta.
Ser como un niño.
Ser como un niño.
Al que dejaron huérfano y herido.
Sin padre ni madre.
En el que no pensaron cuándo llovía.
Al que no escucharon cuando la luna salía.
Al que abortaron antes de que naciera.
Al que callaron en el interior,
sabiendo que no lo tenían en cuenta.
Por ellos, por estos.
El consejo cae del cielo...
Corazón recuerda:
las manos sobre el calefactor se oxidan.
El fuego del vecino
no arderá tu chispa.
No te creas más sabio que los sabios,
ellos tienen mayor experiencia,
No subestimes el consejo de los ancianos,
ya han pasado por tu adolescencia.
No luches contra el tiempo,
cuando es necesario esperar.
Solo guarda silencio.
Guarda silencio.
Corazón recuerda:
cuando hay amor el interior palpita.
En soledad todo se agita;
No tomes caminos equivocados.
No elijas cara ni cruz.
Ni norte, ni sur,
ni este, ni oeste.
Tamiza tu alma,
de modo que extraigas oro puro.
Sé como un niño.
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