miércoles, 20 de junio de 2012

Sin más que decir

Ó mas bien diciendo:
sin ánimos de ofender al lector.
Sin querer modificar ninguna actitud 
obsoleta o arcaica.

¿Dónde estarán los propósitos genuinos,
que nacieron con cada niño?
Aquellos que no se cumplieron
Ni en tiempo, ni en forma.

¿Y qué de aquél
que solo nació, creció,
se reprodujo y murió,
sin sembrar semillas?

"Que una generación se levante
a construir los muros de un país destruido"
Dijeron del otro lado del mundo.
Piden esto. Saben lo que piden.

Y encaja de manera perfecta, en esta vereda,
Argentina. Lastimada y herida.
Hoy patriota, mañana no querida.
Vereda. Vereda.

En la vereda que no abunda el sol,
que solo está cubierta de tinieblas.
¿Hasta cuándo haremos oído sordo
al corazón huérfano, viudo o empobrecido?

¿Acaso el fracaso no conoce a los sabios?
¿Sólo cita al necio?

Acampar bajo las sombras de tus alas.
Ver que el altar no se ha conmovido,
como mar de primavera.
Sentir que el vínculo fraternal no se ha destruido.

Ni por cuervos. Ni por lobos.
Ni por cizañas. Ni por espinos.

Decidir avanzar, aún cuando todo se detiene.
Decidir progresar, aún cuando las esperanzas se pierden.

Decidí. Decidite.
Dale valor al "Dale" no dictado por un hombre que lo populiza.

Dale que podés.
Dale que yo creo en vos.
Dale, seguí
y dale.

¿No sería mejor? ¿No tiene más sentido?

¿Dónde estarán los propósitos genuinos,
que nacieron con cada niño?
¿No será momento de apropiarse
de los "globos escapadas, aquellos que no tienen dueño"?

¿No será momento?
Dale corazón,
camina, seguí.
Animate a construir.

¿Y dónde estaré yo?
Al lado tuyo,
alcanzándote ladrillos,
junto a otros más, que vienen a construir...

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