miércoles, 6 de junio de 2012

USB

Ayer pude sentir el peso del mundo
en mis espaldas.
Pude sentir lo acongojada
que estaba tu alma.

Pude palpar el frío
de tus pálidas manos
sobre el calefactor
en la vereda.

Con todo esa panorámica escena,
sonó lo de mi paciencia.

("He llegado al punto en que mi paciencia pende de un cable USB")

USB porque es más fuerte que un hilo.
USB porque, por lo menos, tiene dónde conectarse.

Echadas las cartas de esta rutina,
juegan de manera inexplicable con nuestra retina.
¿Será que es así?
¿Será por tí o por mí?

Hoy pude sentir el alma angustiada.
Como puñal frío.
Como balacera de armas.
Apuntando directamente al pecho.

(Y eso que siempre le pongo el pecho a las balas.)

Rehaciendo lo que creía que estaba bien
callado estabas tú, pintando al lado mío.
Tiraba pinceladas,
pensaba en cada pavada.

Que nos hace perder las esperanzas.
Que nos roba la templanza.
Nos distrae de la cima,
engaña nuestras pupilas.

Sí hay que seguir, quiero caminar
no correr.
Para que mis pies no tropiecen.
Para no resbalar entre la gente.

Que pasa apresurada,
que choca sin decir nada.

Ni perdón, ni por favor.
Ni gracias, ni nada.


Con todo esa panorámica escena,
sonó lo de mi paciencia.


USB porque es más fuerte que un hilo.
USB porque, por lo menos, tiene dónde conectarse.
USB porque lleva y trae datos
de un CPU que anda de a ratos....


"Mantente saltando,
mantente caminando.
Corriendo pero no cansado.
Porque la vida tal vez sea como una moneda,
quien la rebusca la tiene."

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